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25 de junio de 2009

Cueva Inmunda III - Cocina y habitación del pringao

Aquí volvemos, de nuevo mostrando al mundo dónde no se puede vivir.
Para empezar, considero necesario explicar qué es eso de "la habitación del pringao". Veamos: el piso ruinoso este tiene tres habitaciones. Lo alquilamos entre dos, para luego encontrar a un tercero para completar el piso. Como veréis dentro de nada en las fotos, en esa habitación no se puede vivir. Encontrar, encontramos a gente que estaba interesada en el piso... pero al llegar y verlo, nadie quería quedarse.
Lo de pringao es por el nombre de quien estaría en esa habitación (nada más que un pringao se quedaría ahí dentro).

Así que 9 meses después de haber hecho el contrato del piso, aún no encontramos quien quiera estar dentro.

Y ahora, la fotos. Empezaremos por la cocina, en una vista general:

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En principio no es grande, pero tiene el espacio suficente. Además normalmente no comemos ahí, por lo menos no cuando somos más de dos, así que por tamaño está perfecta.
El primero de los defectos no sale en la foto: la nevera. Creo que tiene más años que yo, y, además de no enfriar todo lo que debiera (en conservar la comida no se nota, lo que jode es con las bebidas frías, que si no llevan una semana están poco frías) no sé qué tiene que por la parte de abajo no cierra bien. Así que para cerrar bien la puerta, hay que darle un golpe arriba y un golpe abajo; por supuesto, si te la dejas medio abierta se pierde todo el frío y empieza a gotear. Y no solo al suelo de la cocina, sino también por dentro, y forma charco y todo xD

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Lo único bueno que hizo el dueño por nosotros: el microondas. Se lo pedimos al firmar el contrato y al día de entrar al piso ya estaba. Es normalito, pero funciona decentemente. Una pena que la cocina sea anterior a la invención de los microondas y no haya un lugar específico para él y cuando queremos comer dos haya que apartarlo.

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Os presento el suelo. El cachito levantado no sería relevante si no fuese porque deja al descubierto la placa de hormigón sobre la que se asienta el piso. Sí, el suelo no es baldosa, es apenas un plástico gomoso que imita la baldosa. Además, se pone negro y pegajoso en seguida y las manchas que le aparecen son complícadísimas de quitar. Hace un par de meses de cayó un huevo al sacarlo de la nevera, y ya le he dado con lejía, con lo del suelo, ya probé a dejarlo a remojo y volver a darle luego con la fregona, probé a rascarlo... no sale. Chupa la mierda y se la queda toda para él.

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Aquí otras de las sopresas que nos llevamos cuando cocinamos por primera vez. La encimera aparenta piedra, pero no es piedra. Es contrachapado de madera.
Obviamente, para una cocina, una encimera de contrachapado no es demasiado recomendable. Sobre todo porque se anda mucho con agua y eso hincha y se pudre fácilmente. No sé si en la foto se aprecia, pero está al lado del fregadero, y está todo hinchado.

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Un secreto del piso que me da miedo hasta mirar. Lo tenemos tapado con el escurridor de los platos, y es una especie de zócalo que une la encimera a la pared. Como la encimera es de contrachapado, esta especie de cosa no sé exactamente qué es, pero tiene los bordes afilados y creo que puede llegar a cortar.

Y bueno, para acabar con la cocina (me olvidé de hacerle fotos a los estantes que por un lado están más altos que otros, por ejemplo) una foto de la ventana.

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Esas son las "cortinas", aunque "papel de adorno para tartas" sería más adecuado. Tienen el tacto del papel y es lo que parecen. No sé si se ve bien en la foto... pero la "barra" que sujeta las "cortinas" es un cordón.


Y pasamos a la habitación del pringao, una de las habitaciones más horripilantes de la casa, junto a mi propia habitación.

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Porque, para empezar, cuando entras te encuentras con esto. Nada más llegar al piso y posar mi maleta sobre la cama que había en mi habitación el armazón de la cama cedió. Son los hierros que se ven al lado de la puerta. Para que unos amigos se pudiesen quedar a dormir estiramos el colchón grande, y desmontamos el ya roto armazón. El somier lo aprovecho yo para colgar la ropa cuando no puedo hacerlo en el tendedero de la calle.
Nótese el tamaño de la habitación, hay un colchón de matrimonio en el suelo (normalito, no es grande ni nada) y ya casi da contra la otra pared.

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El único e inservible enchufe de toda la habitación. Está la caja, pero el enchufe está desconectado. Sin más, no funciona. Es un agujero en la pared que está por estar.

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Detalle del estado del suelo, aunque prácticamente todo está cubierto por el colchón. Hay tablas del parqué levantadas, las que no están para pudrirse.

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La habitación esa, al estar vacía, la usamos más o menos como almacén. En las noches de invierno en las que yo tiritaba bajo dos mantas, con pijama de franela y guantes, le pedimos al dueño un radiador para no morir congelados.
Y nos llegó al piso con esto. Por supuesto, no tuvimos el valor suficiente como para acercar eso a la corriente. Tras examinar atentamente esa "cosa" decidimos que no solo está oxidado (bueno, que un borne es más grande que el otro lo vimos desde el primer momento), sino que antes de oxidarse se había quemado.
No quiero saber cómo.



Y bueno, creo que con esto acabo por hoy. Para la próxima entrada creo que solo me queda mi habitación, por lo que será la última. Y para aquella espero ya no vivir ahí... que me quedan menos de 24 horas!

2 comentarios:

Isi G. dijo...

u.u" Menuda ruina de piso, guapa!!!!!!!!

Besotes y suerte encontrando uno decente el año que viene^^

Sandra dijo...

Me he pasado un rato por tu blog y he leído las tres entradas de la "Cueva Inmunda"... No sé como alguien puede ser capaz de alquilar un piso en ese estado
A ver si tienes suerte y encuentras otro habitable.

Besos!! ;)