Photobucket

15 de julio de 2009

Amargada - Diario 9

-Pasas 14 horas al día delante del ordenador.
-¡No tengo otra cosa que hacer! -estoy durmiendo unas 13 y paso más o menos 2 cada tarde haciendo camisetas, pero como él vea.
-Otra gente limpia la casa, va a dar un paseo, se saca el práctico del coche.
Si por encima de tenerme encerrada en casa, esclavizada a cuatro habitaciones y a un eterno aburrimiento iba a ponerme a colaborar.
Me habías prometido un verano genial. Me habías prometido libertad para ir a donde quisiera y cuando quisiera, porque ese sería mi premio por haber sacado buenas notas y haber pasado el curso. Y ahora, sin que nada cambiase, me dices “bueno, si las notas solo las publican allí podemos ir en coche, las miramos, y volvemos para comer, que nos da tiempo”: ni me das un día de respiro.
Porque sí, llevo desde que volví de Slipknot sin salir a la calle. Vistiéndome solo porque iba a venir gente a casa: mi tía que me cae tan bien (IRONÍA, POR FAVOR) vino avisando con cinco minutos de antelación, solamente para joderme el día y para meterse conmigo (“oooyyy pero si te has cortado el pelo, qué monooosa que estás”) unos libros que tenía que prestar para el siguiente curso… y nada más. ¿No te das cuenta de que desde hace 15 días no sonrío porque no tengo ganas, me ha vuelto la ansiedad que me hace comer a todas horas y que ni siquiera tengo ganas de llamar a la gente para ver si quieren salir a la calle a dar una vuelta conmigo?

Lo que no entiendo es que el verano pasado sí pude hacer lo que quería. Me fui al VereaRock, luego estuve un par de días por Coruña (solamente para pasear y cambiar de aires), luego fui al Laracha Forza Rock otro par de días, y por último, poco antes de que empezase el curso, de nuevo a Coruña al concierto de Savia. Y no hubo ningún problema.
Y ahora, que sabes que tengo novio, ni mencionar la palabra “Coruña”. Todavía te guardo rencor por ese “las felicitaciones de los cumpleaños se hacen por teléfono, como hice yo con tu madre hasta estar casados”, apenas a 24 horas de que fuese su cumpleaños, y ya que yo tenía que subir a Coruña, me mandaste bajar para no poder pasar esa noche a su lado.
Que entiendo que no te guste que tenga novio. No entiendo cómo no puede caerte bien, si es un cielo (a mí hermano, por quién más “temía”, le encantó). Tampoco puedo entender cómo tienes esa sangre fría de encerrarme en casa sin remordimientos, impidiéndome estar a su lado, solamente porque a ti no te haga gracia. ¿Dónde está ese “si tú eres feliz yo no puedo meterme” de hace menos de un mes? Era feliz, era feliz con él y con mi libertad. En casa me amargo, aunque parezca que no te das ni cuenta. ¿No te has dado cuenta de que llevo ya sin verlo más de una semana? ¿Crees que voy a ser feliz así?

Y este año, por demostrar que soy independiente, de que puedo organizar mi vida yo sola sin ayuda de nadie, me agradeces todo mi esfuerzo este curso pasado atándome como nunca me habías atado.

Muchas gracias, papá, muchas gracias.

1 comentario:

Isi G. dijo...

¿Has hablado con él? ¿O es como el mío, que si hablas a la pared, la pared te hace más caso?

Mucho ánimo, guapísima, a ver si se pasa el verano más rápido!!!!

Besotes^^