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28 de octubre de 2009

Luchando contra la ansiedad Vol.I

Hoy, tras dar muchas vueltas, equivocarme de aula y demás historias, empecé con un curso que organiza el SAPE (Servicio de Asesoramiento y Promoción del Estudiante) de la UDC para ayudar a los estudiantes que tengan problemas de ansiedad, generalmente por un examen o un trabajo.
Por todos es sabido que llevo todo el verano sufriendo de ansiedad, y me apunté para ver si me daban alguna solución (a tranquilizarme, a frenarla y así).
Hoy lo que básicamente hicimos fue describir la ansiedad y el estrés, y las diferencias entre ambos. No es lo mismo la ansiedad (es una repercusión física de una emoción de alerta) que el estrés (que es la presión que se siente al afrontar un reto).
Lo primero que nos dijo es que la ansiedad la tiene todo el mundo. Es una emoción más (como la alegría, el enfado, la tristeza), así que todos los seres humanos la sienten. Lo que cambia es que puede tener repercusiones físicas que si interpretamos como malas son negativas. En realidad, la ansiedad es una emoción que aparece como respuesta a una situación que se considera como amenazante, y prepara al cuerpo para reaccionar rápidamente: sube la frecuencia cardiaca y respiratoria, aparece la sudoración, etc. El problema viene cuando se siente y se piensa que es algo negativo, aparecen los sentimientos negativos, el miedo, etc. que solo hacen que empeore.
Así que, en pocas palabras, la mujer nos dijo que la ansiedad seguiría ahí, al igual que seguirían el resto de las emociones. Y que no podemos luchar contra ella, sino solamente controlar esos efectos que nos dan miedo.

Luego habló sobre los diferentes tipos de ansiedad. Que hay una que es la “normal”, que se da en casos puntuales y ante situaciones puntuales, y otra que puede derivar de la otra, la “patológica”, que haga que la ansiedad se vuelva algo habitual en la vida.
Describiendo los síntomas de los ataques de ansiedad (pensamientos negativos, molestias gástricas, movimientos repetitivos, sudoración, alteraciones respiratorias, etc.) puedo decir sin miedo a equivocarme que he estado sufriendo ataques de ansiedad desde julio. Decía la mujer “cuando tengas un ataque de ansiedad, lo sabrás”. Yo sabía lo que sentía, pero no sabía darle un nombre. Ahora sé que es ese.
Y lo que en parte más me asustó de todo: mi ansiedad viene habitualmente, a partir de una situación concreta a la que me tenía que enfrentar (dormir en el 2007) se hizo habitual (apareció en julio del 2009), sin tener por qué enfrentarme a algo que podría desencadenarla. Además, he cogido fobias específicas, aunque algunas las he superado, o por lo menos un poco (comer y dormir están controladas, aunque a veces me sigue dando cosa; lo de subirme a autobuses de largo trayecto, dormir fuera de mi casa y así está más complicado). Según la presentación Power Point de la mujer, tengo un leve trastorno de angustia, que debería tratar un psicólogo, un psiquiatra, o ambos a la vez.

Creo que poco más hablamos. Hicimos una especie de actividad en grupos al principio, que llevaría sobre una media hora o así (contestar a preguntas como “qué es para ti la ansiedad”, “crees que es algo patológico”, “situaciones que creas que pueden crear ansiedad”, etc.), hablamos de todo eso y… creo que nada más.
Dijo que no haría nada de técnicas de relajación, que nos daría al acabar el curso unos folios con varias cosas que podíamos probar en casa solitos. Y que mañana empezamos a hablar de la ansiedad que aparece antes, durante y después de los exámenes.


Y me voy a dormir que estoy derrotada.
Hasta mañana, que traeré otro resumen. Que sí, que estoy contando mi vida y mis problemas mentales (decía la mujer “bueno, la pregunta de si habéis sufrido alguna vez una crisis de ansiedad es muy personal…”), pero para las tres o cuatro personas (con suerte) que me leen, no me importa. Si dentro de un tiempo necesito esta información, aquí estará.


PD: FELIZ CUMPLEAÑOS PAPÁAA

1 comentario:

Isi G. dijo...

A mí para que me dé un ataque de ansiedad tiene que pasar algo gordísimo, porque normalmente la ansiedad y el estrés, junto con los cabreos, son parte de mí y lo llevo bien.

Besotes^^