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22 de junio de 2010

Mi primer no-San Pedro

Galicia está llena de fiestas durante el verano. Verbenas, festivales de música o gastronómicas, o cualquier invento, todo vale. Pero a partir del mes de mayo hasta finales de septiembre hay mil fiestas, cada fin de semana e incluso entre semana.
De todas las fiestas que se hacen por mi zona, la que más me gusta desde siempre es San Pedro. Es el patrón de una de las aldeas, y sube todo el pueblo al monte a comer y pasar la tarde. Nos juntamos por familias o amigos sobre todo, subimos nuestras mesas, parrillas, tuppers y niños y nos ponemos a comer en el monte. Sardinas, churrasco, tortilla, empanada, ensaladas, y tartas de postre.
El propio día de San Pedro es el 29 de junio, y ese día una pequeña comisión de fiestas contrata a un grupo o a una orquesta humilde y nos tocan unas canciones en la verbena, mientras la gente va rotando de bar móvil en bar móvil a cubatas y a vermús. Me sé todas las canciones de Pimpinela y todas las rancheradas recientes por las orquestas que vienen en San Pedro, que son el tipo de canciones que suelen tocar.
Lo que me gusta de la fiesta es la familiaridad con la gente, la comida y la tranquilidad. El fin de curso acaba de llegar, hay churrasco caliente, sardinas sin el agobio ni los precios de San Juan, empanada por un tubo y cuando me canse de la gente me tiro en medio de las fieitas (helechos creo que les llaman por el resto de España xD) a mirar a los carballos (robles xD), algunas veces me tengo subido una libreta y me paso la tarde escribiendo, o, como hace dos años, decidiendo qué carrera hacer.

Es una fiesta mítica en mi pueblo. Los niños, cuando dejan de ser niños, empiezan a montarse sus propios grupos, a llevar su comida (o a pasar con cara de hambre delante del grupo de los padres para que les den comida sin tener que pedirla expresamente) y a quedarse a dormir en el monte esa noche. Porque, bueno, no lo dije porque lo di por supuesto: en San Pedro corre el alcohol. Creo que es el único día del año donde un hijo puede ir junto a su madre haciendo eses, con la camiseta llena de vino tinto, y con voz de borracho le diga “es que me tiraron la botella por encima, yo no bebí nada, eh” y el padre no le eche la gran bronca. Es San Pedro, qué se le va a hacer.
Me dijeron que hace unos años un chaval se subió a un árbol junto a una litrona, se la bebió arriba, se pilló la cogorza arriba, y como no se atrevía a bajar, se quedó colgado allí hasta que se le pasó.

Es tan grande la fiesta que hay gente de mi pueblo emigrada a Madrid, Barcelona o Coruña y tienen llegado a adelantar sus vacaciones para poder asistir.
Pero últimamente hay un problema con San Pedro: el 29 a veces cae entre semana, y mucha de la juventud está estudiando (además en plena época de exámenes) o trabajando en Coruña, Santiago o Vigo, y se tienen que perder la fiesta. Para reivindicar que la fiesta se haga un día cercano al 29 pero que todo el mundo pueda disfrutarla, nació la “plataforma” SPS: San Pedro Sábado. La comisión de fiestas desde el primer momento se negó a tal propuesta, y que la misa de San Pedro es el 29, y la fiesta se celebra el 29.
Desde entonces, todos años se hacen como dos fiestas: una el sábado, y otra el día que caiga 29, con orquesta y todo.

Llevo toda mi vida yendo a San Pedro, año tras año. Con frío, con calor, con lluvia (varias veces, lo que es una putada), con viento, y a veces hasta sin pantalones. Una vez fuimos en sábado y aquello sin orquesta ni bares ni vermú estaba bastante soso, otro año coincidió el 29 con sábado y se lío parda, otra vez fuimos un 29 y éramos 4 a comer, pero teníamos orquesta cutre.
Este año mi grupo decide ir a comer siguiendo a San Pedro Sábado. Decidieron hacerlo el sábado más cercano al 29, lo que es el sábado 26. Estoy de exámenes, todavía en Coruña.



No hay San Pedro para mí esta vez, por primera vez en 20 años. Es raro... es como si no tuviera demasiada ilusión ya porque se acabase el curso. El año pasado mi motivación para aprobarlo todo era poder librarme de un examen final que caía en 29, y poder venirme cuanto antes. Pero este año no sé cómo va a ser sin la parada de descanso en el monte, tranquilamente, con toda la tarde para comer churrasco, cebarnos a bizcochos y hablar con los peregrinos.
Es como si faltase algo.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Mucho ánimo nena!!! Sácate ese examen con dos ovarios, por joderte la vida más que nada xDDD

Besotes^^