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8 de julio de 2010

Mis fantasmas, vuelven

He vuelto a meterme de cabeza entre mis fantasmas, los que más me acosan últimamente (por lo menos una vez acabado el curso). He vuelto a matricularme en una autoescuela (o bueno, en realidad, renovar).
Es una diferente a la que tenía antes (por supuesto), y de momento la mujer parece maja. Le preocupó que me vaya a caducar el teórico (GRACIAS PRIMERA AUTOESCUELA POR ADVERTIRME QUE TENÍA QUE HACERLO EN DETERMINADO TIEMPO, por cierto) y ya me hizo un hueco para la primera práctica. En realidad la primera práctica es mañana, pero como fui esta tarde, fue imposible. No sube todos los días a Coruña, sino dos o tres a la semana, y ya tengo plaza en el coche para el próximo martes. Dolor: saldremos a las 8 de la mañana, y no sé cuándo volveremos.
El tema del carnet y de la autoescuela me deprime cada vez más. Cada vez que hablo de él con alguien me siento inútil y negada. Que haya pasado tanto tiempo desde que empecé hasta ahora me pesa. Estoy cansada, estoy harta. Nunca me gustaron los coches, durante las primeras prácticas estaba cogiéndole el gustillo y… ahora no es que no me gusten, es que estoy cerca de odiarlos. Además, cada vez que hablo del tema me acuerdo de todo lo que me dolieron los suspensos, y lo incomprendida que me sentí cuando la gente no entendía por qué me ponía tan triste. No estoy acostumbrada a fracasar, y de hacerlo de una manera tan estúpida (el primero) o gracias a la actitud del profesor de "tengo que ayudarle porque ella solita no puede, pobre" (el segundo) me hace sentir muy muy mal. Y cuando intento explicarlo, la gente me mira como si fuera tonta o estuviese buscando excusas y justificaciones para haber suspendido. Y eso me hunde más todavía.
Que me digan que en un futuro me será útil o casi imprescindible me da igual. Es como cuando a un niño pequeño le dices que entenderá algo cuando sea mayor: se la sopla. Lo que es a día de hoy, el carnet no me sirve de absolutamente nada. No me interesa, no me urge, ni me gusta. Solo me amarga. Y cuando me libre de él, solo conseguiré un cacho de plástico con una L pintada en blanco que no me va a servir de nada. No puedo coger el coche familiar, ni tengo otro que me pueda servir para ir a... ningún sitio. En mi casa está todo a dos pasos, no necesito ir más allá, y para Coruña no voy a llevar coche ninguno porque me compensa coger un autobús.
Volver a hacer prácticas solo me resulta molesto. Volver a madrugar, pasar el día encerrada en un coche dando vueltas a la ciudad y volver a casa cerca de las 4 de la tarde, sin hambre ya. Y así otro día y otro. Pero cuando pienso en el examen me pongo negativa de nuevo, como cuando me subí al coche en el segundo examen. Recuerdo lo enfadada que estaba con la examinadora, lo despreciada que me sentí (despreciada a lo mejor no es la palabra… pero desde luego no me sentí respetada)… y eso, vuelvo a ponerme negativa, pienso que voy a ponerme nerviosa, la voy a cagar, voy a volver a suspender y solo conseguiré odiar los coches todavía más.
Y como no apruebe en esta renovación, tengo que volver a sacar el teórico. Perfecto.

Lo dicho, vuelvo a estar deprimida. Me siento inútil, impotente, y gracias a mi antiguo profesor, estúpida. Ahora a ver qué hago el martes en la práctica, desde el último examen (última semana de enero) no cojo un coche.
Lo de hoy fue desagradable. Tener que ir obligada pero no obligada a volver a empezar con la tortura, mientras con una sonrisa decía que sí, que antes de octubre (cuando me caduca el teórico) soy capaz de aprobar.
Y una mierda.

2 comentarios:

Isi G. dijo...

Tú te lo sacarás, que yo lo sé, y antes de octubre, ya verás^^

Besotes y ánimo guapa^^

Estela Rengel dijo...

Ssssssssí, tía, joder, los subs son de Subtitulos.es y son la puta pena... Ya veré qué hago, pero tengo una amiga que sabe de esto, está haciendo cosas de traducción en su master y se maneja...

Luego cuando me ponga a ver los blogs me leo bien tu entrada y comento, un besote!