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8 de junio de 2012

Se acabó la carrera

Bueno, ojalá, eso es un poco exagerado.

Hoy he tenido, eso sí, la última clase de la carrera. Como alumna del último curso de Licenciatura antes de Bolonia, ya no se van a dar más clases presenciales. Sí seguimos teniendo exámenes (este año es el último que nos podemos presentar a las asignaturas impartidas en el 2009-2010, se pasan las 7 convocatorias a las que tengo derecho por el forrísimo), pero ya no podemos asistir más a clase.
Ahora me queda una semana de tirarme de los pelos, y tendré el primer examen. Empezará un mes que preveo que se acabará corriendo, y luego... verano, por fin.

Hoy he tenido la última clase de la carrera, y fue un perfecto ejemplo de cómo fueron las clases este curso. Me voy a dormir, pongo el despertador, suena el despertador media hora antes para poder hacer un rato el vago, y no vuelve a sonar nunca jamás. En cambio, me despierta la cobaya in extremis reclamando el desayuno que le correspondería de haberme despertado. La gran diferencia es que normalmente entro a las 10 y media, y hoy entraba una hora antes. Si fuese un día normal me hubiese quedado en cama, pero al ser el último día, y además una clase de tres horas, pensé en subir igualmente a la Facultad, y cuando hiciesen el descanso a la hora y media, entrar.
Así que me levanté, le puse el desayuno a Sally, me vestí, desayuné corriendo y fui a la Facultad. Los de Selectividad okuparon nuestra aula, y fui al aula nueva. Me siento en un banco al lado de la puerta, y no habían pasado 30 segundos cuando se abre la puerta y sale la profesora. Pensé que había llegado justa al descanso, pero me dijo que se había acabado la clase porque tenía una reunión. Sin embargo, otra asignatura que me daba ella (Hispanoamericana III, monográfico sobre la intertextualidad vanguardista, especialmente hispaonamericana) la tenía aprobada y no tenía que presentarme al examen del día 11.
Así que subir, 30 segundos, preguntarles un par de cosas a mis compañeros de clase, y bajar.

Y así termina la carrera. Cuando aún me acuerdo del primer día, que no llegó a este blog porque tuve las ganas de hacerlo en marzo, no en octubre. Y es que realmente aún recuerdo el primer día, y hasta hace poco tenía colgado en el corcho de mi casa, con una ilusión infantil y un orgullo del que ahora no encuentro mucho rastro la nota informativa que me dieron al hacer la matrícula para enseñarnos la Facultad y decirnos cómo iban a funcionar las cosas a partir de ese día. Y así fue, el 1 de octubre el que luego fue uno de los mejores profesores que tuve en la carrera, y que resulta que está casado con una señora de mi pueblo (vaya sorpresa al encontrarnos de bares durante el verano al año siguiente xD) nos hizo un recorrido turístico por la Facultad. Algunas de las aulas tan chulas que nos enseñó, tras cuatro años, no las hemos usado nunca, como una que está preparada para dar o recibir conferencias a distancia, cargada de cámaras, micrófonos o altavoces.
El día siguiente, creo que era un jueves, iniciamos el día con Fonología y Fonética, una asignatura que me alegro de haber tenido en 1º y habérmela sacado pronto de encima. Llegamos al aula, aún no nos conocíamos ninguno de los de clase, y entraron los profesores. Blanca y Félix. Blanca felizmente (por nuestra parte) jubilada, y Félix, que siempre será nuestro Félix. A veces exagero un poco cuando digo que entraron en el aula, y Blanca dijo:
-Hola, soy Blanca y voy a daros este año la parte de Fonología. Aquí tenéis el programa docente. Y empezamos: la teoría de oposiciones define un elemento por la ausencia o presencia de ciertas características en un elemento que forma parte de su mismo paradigma.
Exagero un poco, pero casi fue así. Se presentaron, Blanca dijo que nos iba a dar la parte teórica de la asignatura y Félix la parte práctica. Repartieron el programa docente, Félix se fue, y Blanca empezó con la teoría. Como en todas las asignaturas de la rama de Lingüística, empezó con qué es la Fonología, en qué se diferencia de la Fonética, desde cuándo se estudia y quién destacó al estudiarla. Un par de días después llegamos a las relaciones de oposiciones, las definiciones de fonemas y alófonos, perdidos sin saber qué significaba “paradigma” entre muchas cosas raras. Aún hoy en día no soy capaz de escribir bien Trutbezkoy a la primera.
Han pasado tres años y he conocido a muchos compañeros, que se fueron quedando por el camino antes o después, o que van a acabar este junio con sus notazas mientras el resto iremos a septiembre, y nos volveremos a encontrar en diciembre. Yo espero no necesitar más convocatorias (estos días estoy toda motivada y veo posible acabar en septiembre), pero alguno aún va a necesitar otro febrero o junio.
Recuerdo a la alemana que venía fumada a las primeras clases, y que lo dejó a las dos semanas porque era todo muy teórico (en Filología qué esperaba? xD), recuerdo a Omar, que se quedó estancado en 1º por dejar de venir a clase, que se fundió la beca en cubatas y cuando le anularon la matrícula por demasiados suspensos tuvo que devolverla; me acuerdo de Iris (no la que vosotros conocéis), que fue lista y se pasó a Bolonia para llevar otro ritmo. Aún anda por la Facultad, pero ya no está en clase con nosotros. Me acuerdo de Denís, que al acabar 2º se fue a Santiago y se cambió a Gallega, y que el otro día nos apareció por sorpresa en clase a regalarnos abrazos y besos y a saludarnos.
Me acuerdo de muchos profesores, que me dieron poca clase pero de los que me costará olvidarme. De los que pasaron fugazmente por la Facultad me acordaré de Pilar, de inglés, aunque yo no fui mucho a esas clases por superar por bastante el nivel xD Está dando clase ahora en Magisterio, y siempre le digo a mi hermano que si ve alguna asignatura impartida por ella, se matricule en ella. También le dijo que evite a Esperanza, que también me dio clase durante poco tiempo (un tercio de una asignatura, apenas 3 semanas), y que era un desastre de mujer. Desastre al nivel de explicar una cosa que nos habían explicado en otra clase, decirlo mal, no dejar que le corrigiéramos, y volver al día siguiente diciendo que tachásemos todo lo anterior que estaba mal y que ahora nos lo iba a decir bien. También me acordaré de la hija de puta que me dio las asignaturas de comentario de texto, y luego me puso una nota de mierda en la del Quijote (esa mujer está ampliamente documentada en este blog). Siempre me acordaré de Nieves, que en ya en 1º provocó que dejase de ir a su asignatura y la dejase para septiembre por primera vez en mi vida, que en 3º me enseñó a hacer una buena investigación y edición de texto y que ahora me cae genial. Me acuerdo de mi primera profesora de literatura medieval, de 1º, y me acuerdo de que me aprobó un examen que estaba suspenso porque sabía que me había salido mal porque sabía que yo sabía las cosas de ir a clase. Me acordaré siempre de Nodar y de sus clases caóticas, tanto que no sé ni describir qué hacíamos porque realmente hablábamos de muchas cosas, no apuntábamos nada (en el examen vais a poner vuestros apuntes, que son una copia de lo que yo dije, entonces es plagio, y el plagio es ilegal), y no sé si aprendimos algo.
Me acuerdo de los becarios de Hispanoamericana que me dieron clase. De Joaquín, que además me dio un taller literario que me dio para pensar, que me ayudó a entender a Borges y a Cortázar; y para el que somos sus niños, como él dijo. También de Raquel, que me presentó a Bolaño recientemente, y que también tuvo mucha paciencia con nosotros en 2º, cuando el boom de la narrativa hispanoamericana nos daba miedo.
También me voy a acordar de las chicas de la biblioteca con las que trabajé el año pasado (y que hoy me perdonan los retrasos en la devolución de los libros), de los señores conserjes que nos saludan cuando están fumando fuera, de la señora de la limpieza que tras saber que se había colado una serpiente en el depósito de la biblioteca quería que la acompañase xD

Se acabó la carrera, por lo menos la parte de madrugar y de rutina de ir a clase. Ahora nos echan al mundo, hecho una mierda como está, sin oportunidades para seguir estudiando (tenemos que hacer un máster "obligatorio" de mierda demasiado caro para la mierda que es), sin oportunidad de trabajar. Tampoco nos lo ponen fácil, porque estuve intentando entrar en un programa de prácticas y pusieron complicaciones hasta decirme que tenía el DNI caducado, cuando caduca en 2013. Ya está, ya nos exprimieron, ya no tienen mucho más que hacer con nosotros salvo que queramos pasar por el aro y quedarnos como becarios precarios para algún profesor (como alguno va a hacer), y ya no cuentan con nosotros ni parece que tengan ninguna clase de compromiso.
Ahora, yo tengo que hacer los exámenes de junio. Durante el verano intentaré dar algunas clases particulares, aunque no me haga especial ilusión. Dejaré algún currículum en algún sitio que tenga algo que ver con lo que he estudiado (academias y librerías, imagino, sobre todo), y esperar a que haya suerte. En septiembre volvemos a los exámenes, y de ahí, no sé qué voy a hacer. Quiero apuntarme a los programas de lectorado o de auxiliar de conversación, pero sería para el curso 2013/14, y tengo un año entero por el medio. No sé siquiera si volveré a Coruña, aunque imagino que mi padre terminará convenciéndome para hacer el máster de mierda, si es que termino en septiembre y quedan plazas (hay 20).

Se ha pasado muy rápido este tiempo. No pensé que fuese a terminarse todo tan pronto. No me da pena por dejar este sitio, me da miedo porque ahora sí que no sé qué hacer con mi vida. Cuando acabé 2º de bachillerato no sabía qué iba a hacer concretamente, pero sabía que iba a seguir estudiando. Ahora... ¿estudiar? ¿trabajar? ¿buscar trabajo indefinidamente hasta que suene la flauta como reponedora en algún supermercado? ¿agarrar el dinero que tengo ahorrado y huir antes de que sea más tarde aún?
No me voy a agobiar con esto tampoco. Tengo todavía un mes de exámenes, y después de eso, aún tengo un verano por delante. Y en el peor de los casos, tengo mi casa como base a la que recurrir siempre que lo necesite. Pero eso, aún tengo que hacer otras cosas antes de llegar a eso.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Ve por partes, mujer: aprobar exámenes y sacártelo todo, luego ya se verá (a unas malas, ese año en blanco lo puedes invertir dando clases particulares o con algún trabajo)

¡Besos!