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16 de agosto de 2012

Arriba Rock in Cambre! (tercera parte y cotilleos)

(hoy publiqué dos entradas, la anterior está bajo esta)


Se bajan las luces, se hace el silencio, y se escucha de fondo ruido, como interferencias. Suenan unos carillones, salen a escenario entre gritos y el tenor canta “Exordio generis humani, ab exordio mundi vitae...” y se me ponen los pelos de punta. Gritamos, cantamos, mientras Carlos Escobedo levanta los brazos y nos anima a seguir. Superbia de nuevo para iniciar un concierto.
Se me hizo corto, muy corto, aunque todo fueron temazos. La nube, Eternidad, La araña, Fantasma, Diez años (aunque ahora casi son 20), Cubos, El hombre de hielo, etc. Las míticas del directo, las que hay que escuchar. Aunque se lo tomaron un poco como un concierto de pueblo en el que no había que esforzarse mucho (no trajeron la Ô, ni hicieron la percusión de Fortuna, fama o placer) creo que fue la vez que mejor los vi, que mejor tocaron. Estaban relajados, y aunque tuvieron varios problemas durante la actuación, tenían tranquilidad de sobra para solucionarlos y seguir. Las voces, que últimamente no me acababan de gustar en directo fueron perfectas, y al inicio de algunas canciones tuvieron problemas de afinación o cualquier cosa, y se lo tomaron como “saltad un poco, y ahora repetimos, no pasa nada”; sin agobiarse, ni dejar notar demasiado que era un error.
No les puedo poner un 10 porque no tocaron toda su discografía, pero estuvieron genial. Tampoco puedo decir que fueron de los mejores del festival porque si algo me sorprendió al llegar a casa fue que ninguna actuación (por lo menos de las que vi) fue mala. No hubo malos sonidos, no hubo grupos desastrosos, no hubo ningún músico borracho o puesto que hiciera el payaso y diese la cantada. Pero Sôber genial, y no sé si me gustó más este concierto o el del Rock in Way, y desde luego, más que las otras dos veces que los vi. No tocaron Umbilical por lo que no hubo llorera, pero es que con el setlist que se marcaron no puedo tener ninguna queja.
Volvieron a llenar, y había gente motivadísima. Como soy pequeña y parece que dejo hueco se me puso un chico detrás, sudadísimo de saltar, sin camiseta, y ahí estuvimos los dos todo el concierto. Luego él me motivó a mí y me dediqué a buscarlo entre el público. Me acabó encontrando él, nos saludamos y poco más. Luego lo encontré por Facebook de casualidad y vi que tiene novio, y me expliqué algunas cosas. Porque yo esa noche iba a arrasar.
En fin, terminó Sôber, y yo, de nuevo medio mareada, como cuando terminó Skunk, me fui a sentar a una silla que se habían traído de la zona de comidas del festival (jebis comodones). Sentada, se me acercó un chico-señor y me preguntó por el tatuaje. Resulta que él también tiene uno (en la nuca), aunque desde hace más tiempo que yo, y me lo había visto durante el concierto. Estuvimos hablando, y los conoce desde Morfología, dice que los ha visto en todas las giras y como yo, tuvo un par de ocasiones de hablar con ellos. Le hacía ilusión que alguien más estuviese tatuado, y que le gustase el grupo y así. Debe trabajar en una promotora, o algo de sonido, o un bar, algo así que tiene que ver directamente con la música, y me dejó caer un rumor/negociación que están intentando sacar adelante con Sôber y otros grupos que a lo mejor me hace viajar pronto. :D
Tras Sôber supuestamente iban a tocar The Grit. Son un grupo que conocí el año pasado también en el Brincadeira, y que me gustaron mucho. Sin embargo, veo que a un lateral del escenario vuelve a estar la de Barb Wire Dolls y que quien se va a la batería es el vikingazo de Barb Wire Dolls. Supuse que The Grit no habían podido venir y que habían aprovechado que estos estaban todavía por aquí tras haber tocado el viernes. Y volví a verlos. Qué decir del público, de mayoría masculina, con poca sangre en el alcohol, y una rubia en minifalda haciendo grititos semiorgásmicos. Qué decir que no se pueda imaginar xD



A esas alturas ya me había encontrado con mi hermano entre el público, que iba pegado a la chica esta de todo el fin de semana. Decían que habían venido a ver a Sôber pero no me habían encontrado (aunque suponían dónde estaba), y se quedaron también a ver a este grupo.
Yo anda saltando por ahí adenalítica perdida. Sôber me habían puesto el cuerpo a mil, y no podía pararme quieta. Pasé ese concierto y el resto de la noche saltando sin sentir dolor o cansancio, aunque a esas alturas debería estar hecha un asco y desear meterme en el saco.
Por ahí andaba saltando cuando me encontré con una amiga de Coruña que hacía mucho que no veía. Venía con unos amigos, uno de ellos un baboso que me estuvo comiendo la cabeza largo rato, hasta que le dije que me dejase en paz, que no venía a ligar, venía a escuchar música sin preocuparme de nada más. Dijo que no importaba, que él tampoco iba a eso, pero que le había gustado, pero era mentira porque diez minutos después le estaba comiendo la oreja a otra. Mientras, me cargó con un sombrero blanco que los de Ron Legendario andaban regalando. Normalmente no me gusta llevar cosas en la cabeza, pero me hizo gracia y me lo quedé.
Mientras escapada del tío este, uno chico me llamó la atención y me dijo “hola vecina!”. Uno de mis vecinos de tienda, no los que me despertaron por el tema de las llaves, me había reconocido y saludado. Al principio lo confundí con los de las llaves, pero luego me di cuenta. Se presentó, me presenté, se presentó un amigo suyo que andaba borracho bailando con una cerveza por ahí, y también a un par de chicas que estaban con ellos. Estuvimos hablando un poco, y empecé a notar cómo me buitreaban.
Primero, el amigo de la cerveza. Se disculpaba diciendo que estaba borracho, y me dijo que él era de Coruña pero estaba viviendo fuera por trabajo, y que donde vivía tenía novia, pero que llevaba una semana fuera y se le iban las manos. Lo decía todo junto, mientras me agarraba e intentaba abrazarme, pero a la vez se separaba. Un espectáculo. Cuando conseguía separarse y se iba, mi vecino de tienda venía a contarme otras cosas, y yo lo veía como celoso.
No recuerdo cómo pasó, pero me acabó confesando que él ya se había fijado en mí. El viernes por la mañana, cuando salí de la tienda, me vio y le llamé la atención. Era demasiado diferente al grupo de pijas que tenía en mi grupo de tiendas, y me vio independiente, con las ideas claras de qué quería y no quería. Se quedó muy impresionado cuando me ofreció alcohol y luego tabaco y le dije que no a las dos cosas. Le iba encantando por segundos y yo estaba perdida.
Seguimos hablando, y el alcohol le soltaba la lengua. Yo lo había visto un par de veces, en las tiendas (aunque luego me dijo que realmente por ellas había intentando dormir el viernes, cuando todos decían que había una rave pero yo dormí sin problemas), y luego antes de ver a Boikot en la carpa pequeña. Lo había visto mirarme, pero no le dí importancia. Por lo que me dijo, me había visto en las tiendas y le había gustado, y en la carpa antes de Boikot quiso acercarse a mí y decirme que si estaba sola podía ir con ellos, pero que es tímido y no se había decidido a hacerlo. También por otras cosas que me dijo creo que me llevaba dando vueltas todo el fin de semana, porque había cosas que pensaba de mí que no hubiese pensado en la media hora que llevábamos conociéndonos. En fin, cuando me saludó antes del concierto de Koma fue por un “ahora o nunca”, y fue ese ahora.
El amigo parece que empezaba a entender de qué iba la cosa y dejaba de agarrarme, aunque pasó a decir que qué graciosa era, qué pequeñita. Que le daban ganas de abrazarme a ver si podía rodearme con un brazo, e incluso llegó a cogerme en brazos para comprobar cuánto pesaba. Mi vecino no sé si le hacía gracia o no, si tras hablar con él se ponía celoso del amigo o algo así.
Todo lo que pasó durante los conciertos de Koma, Aerosoul y Display of Power lo tengo bastante confuso. Sé que me quedé con ellos, que estuvimos hablando, que se fueron acercando poco a poco, que en cierto momento mi hermano se volvió a las tiendas, pero no mucho más.
Solo sé que con ellos me encontré muy a gusto. Al contrario que con un señor que tenía a mi espalda, que tenía una pinta rarísima y no parama de mirarme serio. Al principio pensé que tenía instinto protector y estaba controlando qué me hacían o decían esos chicos que parecían mayores que yo, pero luego empecé a pensar que lo que quería era acosarme él y no ellos. No es la primera vez que me pasa en un concierto, que hay algún tío buitreando y otro mayor intenta protegerme (en el concierto de Los Suaves de 2007, por ejemplo), pero nunca los “protectores” me habían dado tan mal rollo.
La verdad, es que con estos chicos me sentí comodísima. Veía que me estaban como buitreando, incluso al amigo borracho se le fuese la pinza e intentase besarme o algo, pero no me importaba. No me sentía buitreada como con el que me regaló el sombrero blanco, ni con otros. Como dije en la entrada anterior, estoy acostumbrada a estar con chicos de 25-30 años, y aunque son un poco mayores que a lo que estoy acostumbrada, entran en esa franja. Con “estar” me refiero a relacionarme, hablar y así, nada más. Y estos chicos, a pesar del alcohol y de que eran casi las 4 de la mañana, me daban mucha seguridad.
No sé en qué momento, pasó lo que suponía que iba a acabar pasando. Mi vecino me abrazó y me besó. Lo digo así de claro porque ya son las 9 de la mañana y no estoy para pensar mucho. Además, necesito decirlo en alto, llevo unos días dándole vueltas, y si normalmente le doy vueltas a las cosas, esta vez es peor porque todo esto vino por él. Total, le dije que no podía, y me separé. Se lo tomó bien, me dijo mil cosas bonitas sobre que merecía la pena, que no quería que me molestase ni hacer nada que me pareciese bien. Se pasó la noche diciéndome cosas bonitas. En algunas tiene razón, en otras creo que no tanta, y en otras, con dos palabras le da la vuelta la raíz de mis problemas y me ayudó a enfocarlos de otra manera. Así, en dos horas que estuvimos juntos.
Para ver el concierto de Koma me adelanté un poco, y noté cómo se me iba acercando por la espalda. Me di cuenta de que el chico necesita algo de cariño. No se me había acercado por nada, y tras el desastre con el niño el día anterior, yo también quería cariño y repartirlo. Tampoco me negué, y acabamos viendo un concierto de la mejor banda tributo a Pantera (dicho por los mismos que formaron Pantera) abrazados, algo que no habría imaginado nunca.


No parece que haya que darle muchas vueltas, no? Que no tengo que comerme la cabeza como lo estoy haciendo estos días, pero es que hay más. Realmente no pasó mucho más entre los dos, no es eso. Siempre me he juntado con chicos mayores que yo, pero aunque este es más o menos igual de mayor que los otros, vive más acorde con su edad. Y eso me impone mucho. Hay cosas suyas que me contó (por encima) que no voy a decir por aquí que me imponen, que me hacen pensar que hay muchísima distancia entre la manera que yo entiendo el mundo y en la que lo entiende y vive él. No me voy a engañar, el chico me gusta. Me parecía guapo durante el fin de semana en las tiendas (y tiene unos ojazos), pero por encima me siento muy a gusto a su lado. Me trató como hacía muchísimo tiempo que nadie lo hacía, y más después de todos los desprecios del arquitecto, del niño, etc. Me gusta, pero es como si me diese miedo investigar más y meterme en líos o en camisas de once varas por ello. Lo estoy exagerando, dicho así parece que anda metido en problemas de drogas o delitos o así, y para nada. Como siempre, exagero, le doy mil vueltas, y total, que estamos a jueves y no he vuelto a saber de él.
Después del concierto de Display of Power fuimos a despedir a una de las chicas que andaban con él (otra cosa que me impuso muchísimo, era su madre xD fue madre adolescente y le encantan los conciertos, y aprovechan y van juntos xD) a un taxi para irse a casa, y de vuelta a las tiendas la otra chica yo la veía enfadada, celosa, y luego me di cuenta de que era ella quien quería ir agarrada de él. Y llegaba yo, una mocosa que en dos horas le tumbaba todo. Se empeñó en no volver a las tiendas, y no hubo manera de convencerla de que no durmiese en el coche. Dijo que bajaría el alcohol, dormiría un poco y luego se iría a casa a acabar de descansar.
Nos volvimos a las tiendas, nos despedimos hasta el día siguiente y por primera vez en todo el festival, me costó dormirme. Eran las 7 de la mañana y el sol estaba saliendo. No sabía muy bien todavía qué había pasado, ni qué iba a pasar. Pero la verdad es que no pasó gran cosa. A las 9 y algo, después de no haber dormido nada, me levanté. Desayuné, empecé a recoger las cosas mientras los de mi grupo de tiendas se iban despertando (volviendo a insistir en cómo tenía tanto aguante xD), y los de las tiendas de al lado también. De allí a un rato llegó el amigo borracho, con otro vaso en la mano, de paseo. Se ve que todavía no había dormido.
Con mi vecino hablé poco, estaba cortado él por los de sus tiendas y yo con mi hermano despierto ya. Cuando ellos acabaron de recoger se fueron, y antes de que se fueran nos despedimos y le di una tarjeta de Enemy Dolls. Le dije que buscase eso en Facebook, y que cuando le diese al me gusta yo lo vería y ya lo agregaría. Para no perder el contacto.
Y estamos a jueves, y aunque la página tiene algunos seguidores más, ninguno es él. No sé si perdió la tarjeta o no encuentra la página. No sé mucho de él, solamente de dónde es, y creo que me suena de verlo saliendo alguna vez por Coruña. Pero no sé mucho más.

Tras recoger ellos, mi hermano me ayudó a doblar mi tienda de campaña, y mientras ellos quedaron recogiendo el campamento criminal que habían montado, yo me fui. Quería coger un bus temprano para llegar a casa a comer, y no podía esperarlos.
Y caminando con un dolor de pies increíble, pero con muchas ganas de otro concierto, de otro fin de semana así, con un fin de noche como el de la noche anterior, subí por última vez la cuesta hacia el recinto de conciertos. Ya no quedaba nadie allí, estaban desmontándolo por dentro y ya habían limpiado toda la acera. Tras dos buses, llegué a las 4 de la tarde a casa, y aunque mientras comía (caliente, por fin) me entraba el sueño, luego me espabilé y seguí despierta toda la tarde.
No tengo apenas fotos. Tengo las cuatro que subí a Facebook, y una de ella es la que tengo de Sôber, movida. Lo que tengo, y que me dan ganas de sonreír cada vez que lo veo, es un vídeo del concierto de Display of Power. No está grabado por mí, está grabado detrás de mí. Y se me ve a mí, a ellos dos, y al viejo que me miraba.
En los primeros segundos se ve cómo el amigo borracho me coge en brazos. Más adelante, hacia la mitad se me ve a mí acabadísima, con el sombrero blanco, al amigo con vasos de cerveza de un lado para otro, y mi vecino no es más que la silueta. A veces se le ve entero, a veces solamente la mano que le sostiene un vaso de cerveza al amigo. El que está en el medio casi estático, con el pelo rizado rubio es el puto viejo que me miraba. Así como mi vecino me abrazó y yo me dejé abrazar el tío desapareció. Este vídeo está hecho antes de eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te iba a decir que me tenías que contar que cotilleos y novedades había... pero vamos, creo que ya lo has dejado todo bien clarito en la entrada!!! xD