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9 de septiembre de 2012

La paja en el ojo ajeno

Hay gente que no sé si es que son muy hipócritas, tienen mucho morro, o no se dan cuenta de lo que hacen y lo que dicen. Gente que se queja sobre el comportamiento de otros, mientras se permite repetir ese comportamiento con una sonrisa, casi como si estuvieran orgullosos de él. No sé si lo hacen porque piensan que somos tontos y no nos vamos a dar cuenta, o porque deben pensar que como no se lo están haciendo a ellos tiene menos importancia. O porque como me callo y no entro en disputas estúpidas parece que importa menos. Lo que no quiero pensar es que directamente me toman por tonta y piensan que no me voy a dar cuenta.
Gente que por una casualidad, o lo que pudo ser una casualidad, montan un Cristo. Se sienten atacados en lo más propio de su orgullo, casi como si le hubiesen robado, ultrajado o traicionado, y montan un lío criminal. Se cruzan malas palabras, se rompen amistades, se mete a más gente en medio, hasta se buscan pruebas de haber sido “ultrajado” para demostrar que es una víctima, y que está todo premeditado. Que están en su contra. Se repite una idea: “madura, tía”.
Se les dice que demuestren ser mejores que quien les ha hecho eso. Que no se involucren, que no hay mayor desprecio que el no aprecio, y que la calidad de ambas está patente, y que salen ganando. Parece que se tranquilizan las cosas.
Y unas horas después, se cambian las tornas. Orgullosas, se muestran al mundo habiendo hecho poco más o menos lo que les habían hecho a ellas hacía un momento. Lo muestran contentas, orgullosas, mientras esta vez la “ultrajada” soy yo. Que no tenía nada que ver en un primer momento. Que hasta me puse de su parte. Y me quedo con los ojos abiertos, como tonta, viendo cómo nadie se da cuenta, cómo nadie ha dicho nada, pensando en si decir algo o no.

Hoy se ha celebrado el Retrocoruña. Es una especie de exposición con actividades sobre consolas, informática y juegos retro. Además de las actividades hay puestos de “artesanía” (lo pongo entre comillas porque hay gente que hace poco más o menos que lo que hago yo, y me cuesta muchísimo verme como artesana; es más, como mucho, soy tejedora, no artesana), que por lo que he visto en fotos eran poco variados: destaca el fieltro, y sobre todo, los hama beads. Aplicados o no, había hama beads por todas partes. No he podido ir, pero he visto algunas fotos; es posible que hubiese cosas que no enseñaron.
Hace unos días, dos grupos de “artesanas” de Coruña que iban a participar montaron un Cristo. Uno de los grupos, El Onigiri con Botas acusaba a Neko no Onigiri (...en fin) de haberles copiado la idea de un peluche de game boy con carita. Que no, que sí, que me copian, que qué morro tienen, que no te he copiado, madura tía e invéntate tus peluches, etc. Creo que no se acabó zanjando el problema porque dio el momento de ir al evento, pero se habían calmado las cosas a base de bloqueos en facebook y así.
Solamente viví esto viéndolo desde la parte del Onigiri con Botas, así que no sé realmente de dónde sacaron la idea ninguna de las dos, ni cómo se vivió desde el otro lado. Desde donde lo vi yo, la gente coincidía en que no les diesen argumentos para meterse con ellas, que demostrasen ser “mejores”, que la calidad de lo que hacían ellas se imponía a la calidad de las otras, y que montasen un puesto más rechamante para llevarse a la gente. Y dijeron que en el puesto estaban trabajando e iba a quedar muy bien.

No entré al trapo explícitamente entonces, aunque personalmente me decantaba por uno de los bandos, que resulta que luego me atacó a mí de la manera en la que supuestamente las habían atacado a ellas. No entré al trapo porque lo primero que pensé en el caso de que me hubiese visto involucrada en un problema así no hubiese actuado como ellas actuaron. Como dije, no hay mayor desprecio que el no aprecio. Cuando te hacen algo así (si es que realmente unas copiaron a las otras), salvo que te cojan fotos o reclamen cosas tuyas como suyas, y entonces convenga hacer algo de escarnio público para que la vergüenza ponga a cada uno en su lugar, yo pienso que hay que optar por otra postura. Hay que colocarse un escalón por encima. Demostrar que esa gente vale tan poco que no está jugando en tu liga, y que puede hacer lo que quiera, porque no llegará a ser como tú. Armando un Cristo solamente te igualas a esa persona, y das la opción a las comparaciones. No se puede optar a las comparaciones. Tienes que dejar claro que eres mejor, no solo como persona, sino también en cuanto a originalidad, trabajo y calidad, y situarte por encima. Que no se pueda dudar de ti. Es decir, hay que hacer oídos sordos y hacer lo que mejor sabes hacer para que la calidad hable por sí sola, e inconscientemente la gente vea que tú eres mejor, y como el otro es peor, cae de cajón que los otros te copian a ti. La gente saca conclusiones y actúa sin que le tengan que decir estas cosas.
Por lo tanto, yo no hubiese actuado así. ¿Que hacen los mismos peluches que yo? Invento otros mejores, o hago estos mejor, o les doy más publicidad.

Unas horas después de todo esto, vuelven los dos grupos de personas a casa. Descargan fotos, ellas y otra gente que también estuvo por allí. Cotilleo quién fue y cómo, y mi sorpresa cuando en el Onigiri con Botas me han cogido una de las ideas que más me costó hacer para montar la mesa en el Expotaku. Los corchos de tamaño pequeño para colgar los llaveros con chinchetas (o chinchetas-gancho en mi caso). Los expositores de llaveros y colgantes fue una de las cosas que más problemas me dio para inventar para montar nuestra mesa esta pasado Expotaku. Tengo un álbum en Pinterest con ejemplos de mesas en ferias (buenas y malas, para aprender y para evitar), 85 concretamente, y en ninguna usaron un corcho de expositor. Estuve pensando durante días cómo podíamos colgar de una manera cómoda y ligera los llaveros, y tras darle vueltas, acabé decidiéndome por los corchos. Para ambientarlos con los colores de la mesa, entre Iris y yo le pintamos los marcos con pintura, que acabó siendo verde.
Y mi sorpresa cuando en la mesa del Onigiri con botas tienen dos corchos a modo de expositores para colgantes. Y no solo eso, sino que también decidieron pintarle los marcos con un color acorde a la mesa.
No es una casualidad. No es que se haya generalizado el uso de corchos en estos dos o tres meses que van desde el Expotaku, y casualmente las dos que forman ese grupo estaban allí, y pasaron por mi mesa, y los vieron. No es casualidad.
Es decir, una gente que hacía tan solo horas estaban acusando y montando un pollo criminal porque pensaban que alguien les había copiado, cogen mi idea sin haberse molestado en preguntar. Si lo hubiesen hecho yo no estaría escribiendo aquí porque me suelo tomas las cosas a bien y a veces tiendo a ser demasiado buena con la gente; y aunque me hubiese molestado me hubiese callado por haber tenido el detalle de habérmelo contado. Me cuesta procesar que alguien que se queja de que le cogen ideas coge otras tan alegremente, sin darse cuenta (o haciendo que no nos damos cuenta) de que están haciendo exactamente lo mismo.

No voy a reclamarles nada. Como dije, creo que estoy un paso por delante. Yo monté la mesa del Expotaku de Enemy Dolls desde cero, y puedo volver a hacerlo. De hecho, cuando la estábamos planificando salieron ideas que no pudimos llevar a cabo porque llevaban más tiempo de preparación que pintar los marcos de unos corchos y no tendíamos a tiempo; pero son ideas que siguen estando latentes.
No voy a entrar al trapo. No voy a decir nada, no es mi estilo. En la próxima fecha en la que coincidamos, me limitaré a demostrar que estoy por encima, que aunque ahora me fastidie esta falta de honestidad (y que parece que me toman por tonta) no me importa. Porque cuando volvamos a coincidir mi mesa dejará claro que ellas llevan los corchos como nosotras, no que nosotras llevamos los corchos como ellas. Lo que hagamos a mano también está a otro nivel, es otra cosa diferente, y de momento no son ellas con las que me estoy “batiendo” en calidad ni originalidad.

Creo que en el fondo lo que me más me molesta es que parece que me tratan como tonta. Es decir, voy a ver las fotos del Retrocoruña (incluso más de una persona me invitó a ir, pero no pude porque estoy de exámenes, además de que vendí TODO en el mercado medieval y no tengo material para montar ni media mesa) y me voy a dar cuenta de que están usando los corchos que me vieron en el Expotaku. Saben de sobra que sé que acaban de meterse en líos con otras por un “robo de ideas”. Qué hace que esto sea diferente? Es una idea, y aunque no es una venta directa, ayuda a la venta, o ayuda a tu imagen, o es que simplemente, es una idea.

Como dije, no voy a entrar al trapo. Humildades a parte, no creo que haya punto de comparación entre ambas mesas, ni trabajos, ni nada. El tiempo y la constancia hablarán.
Como este es mi blog, no quiero escuchar nada al respecto del tema. Voy a cerrar los comentarios a propósito para que no se puedan dar más opiniones ni intentar defenderse. Dentro de mi postura entra no haber comentado nada de esto, me estoy traicionando solamente con haber nombrado el tema. Pero estoy cansada de parecer tonta de no decir nada, y me doy cuenta de todo.